Represaliado superviviente

OCHOA, Martín

Realmente no fue fusilado. Tenemos el testimonio de un amigo y minucioso historiador especializado en el Valle de Améscoa, Balbino García de Arbizu.

Martín Ochoa, de Amescoa [01], Alguacil de Altsasu y afiliado a UGT aparece como fusilado en octubre de 1937 en Santoña en los listados de N36... Tenemos datos documentales de su supervivencia. Hay muchas lagunas de desaparecidos y fusilados noi registrados ni denunciados por familiares y allegados (cientos, por miedo, exhilio, soltería, mil razones) Este caso es uno de los pocos en los que ocurre lo contrario, queda la memoria de un fusilamiento que afortunadamente en este caso no se produjo... 

 

[01] Aparece en N36 en el Bloque Burunda / Altsasu, en el sub-bloque "prisioneros ejecutados". De modo que fue trasladado al bloque de Altsasu del muro de los nombres de PDM.

RODRÍGUEZ SOLLA, Amador

 

  • Apodo: "Tarzán"
  • Edar: 27
  • Profesión: Zapatero
  • Nacido en: Salceda de Caselas (Pontevedra)
  • Vecino de: Salceda de Caselas (Pontevedra)
  • Muerte: No consta

 

Más información:
¿Superviviente?

«Xulgado por rebelión militar co resultado de sentenza a cadea perpetua. Fuxido da cadea do Forte de S. Cristobal en Pamplona. Foi o último en ser detido o 14­08­1938.» [01]

«La fuga de 'Tarzán'. Uno de los evadidos permaneció casi tres meses escondido en una cueva

Una frase que se repite en los testimonios de los fugados supervivientes es «nos cazaron como a conejos». En poco más de tres días, todos los evadidos, salvo los tres que llegaron a Francia, estaban o muertos o de nuevo en el Fuerte de San Cristóbal. Uno de ellos consiguió que la búsqueda de presos se prolongara durante casi tres meses.

Fue Amador Rodríguez Solla, un zapatero gallego al que cuando tenía 27 años, en noviembre de 1936, un tribunal de Tuy, Pontevedra, le condenó a 30 años de prisión por un delito de rebelión militar , es decir, por oponerse a la sublevación militar contra la República.

Rodríguez Solla estuvo desde el 22 de mayo hasta el 14 de agosto escondido por los montes de Navarra. Cuando le capturaron y le devolvieron al penal, su compañeros le llamaban cariñosamente Tarzán. Su hazaña quedó registrada en el 'sumarísimo de urgencia nº 1.916-1938' del consejo de guerra. Lo cuenta el fiscal. «Las fuerzas de recuperación lograron el fracaso de dicho propósito de los evadidos ('dirigirse todos a Francia en tránsito para la zona roja, y unirse al marxismo para combatir contra las fuerzas del Generalísimo') y la detención y reintegración al Penal de todos los procesados, en distintas fechas muy próximas a la evasión, excepto el procesado nº 130 Amador Rodríguez Solla, que fue detenido y reintegrado al Penal el día 14 de agosto último, luego de permanecer desde la evasión hasta su captura oculto en una cueva de la que únicamente salía de noche para nutrirse de caracoles, ranas y yerbas».» [02]

Se sabe que a los supervivientes se les castigó severamente e impuso penas de 17 años a sumar a sus condenas anteriores, normalmente ya largas.

Fuentes:
[01] «Nomes e voices» (criterio de búsqueda: "Pamplona")

[02] El Sueño Igualitario-Recuperar la memoria de quienes soñaron con un mundo mejor para todos - VER

[03] En Memoria Pública aparece como "edad de defunción" 27 pero creemos que no consta defunción. ¿Entraría en la categoría de desaparecidos? VER

 

GARMENDIA ALDAZ, Miguel Jose

DE OROZ-BETELU A MÉXICO: EL EXILIO DE UN SOLIDARIO
Miguel José Garmendia Aldaz fue, sin duda, el solidario navarro que mayor proyección y actividad pública desarrolló en la posguerra, primero como comandante de las milicias vascas del Euzko Gudarostea en Loiola (Azpeitia), y luego con una amplia trayectoria política en el exilio. Nacido en 1909 en Oroz-Betelu, Miguel José estudió el bachillerato en Lekaroz, donde fue alumno del capuchino Hilario Olazarán, quien le inculcó su amor por la música (llegó a tocar el acordeón, el txistu, la flauta y el violonchelo, nada menos). Ya proclamada la II República, se afilió a ELA e inició también una intensa carrera como político del PNV, dirigiendo mitines a favor del Estatuto Vasco-Navarro como el de Agoitz de 1932, cuando solo contaba con 23 años. Siendo una figura política y sindical tan conocida, se vio en serios aprietos cuando el golpe fascista del 18 de julio de 1936 le sorprendió en Iruñea. Se desplazó rápidamente a Oroz-Betelu, y cruzó la muga por Orbaitzeta e Irati, hasta llegar a Esterenzubi. Pero Miguel José Garmendia no huía del conflicto, sino que acto seguido viajó por Iparralde hasta poder alcanzar el campo republicano en Azpeitia, donde fue nombrado comandante de las milicias vascas de Loiola. Su próximo cargo en el Gobierno Vasco fue la secretaría de Gobernación, donde contribuyó a descubrir la traición a la República de varios militares y diplomáticos que luego fueron ejecutados (el famoso caso Wakonigg). Tras derrumbarse el frente vasco, se incorporó al Gobierno de la República, ya presidido por Negrín, como inspector de prisiones. Tan solo en siete meses logró que los 25.000 presos, distribuidos en 120 cárceles, tuvieran jergón y ropa adecuada. Seguramente su gran eficacia le reportó un encargo endemoniado: rescatar a Andreu Nin, dirigente del POUM secuestrado, y luego asesinado, por los servicios secretos de la URSS, al mando directo de Stalin. Garmendia acabó dimitiendo de su cargo en abril de 1938, pero siguió luchando en favor de la República. En febrero de 1939, y como jefe militar de la frontera de Figueres- Le Perthus, debe organizar parte de la evacuación de Cataluña tras la irrupción de las tropas franquistas en Barcelona. No acabaron ahí las aventuras de Garmendia, que se encargó de organizar el masivo exilio de vascos desde suelo francés hacia las repúblicas iberoamericanas, y también localizó al lehendakari Agirre, poniéndolo a salvo. Su última labor en el exilio francés fue, de nuevo, organizar otra evacuación, en este caso la de París ante la entrada de las tropas de Hitler. Y luego le tocó a él emprender la huida hacia Latinoamérica, uno de los episodios más rocambolescos de su vida. Junto a Andrés Irujo, se embarcó en Marsella y tras hacer escala en Orán y Casablanca, llegan a Lisboa, donde son detenidos. Pueden reanudar el viaje, pero en dirección a Río de Janeiro, punto de partida de su travesía de la jungla del Mato Grosso hasta que al fin alcanzan Buenos Aires. De todas formas, a los diez meses Garmendia se traslada a México, donde se instala definitivamente en 1941, pese a un intento de regresar a Europa para combatir con el ejército de liberación de Francia. Finalmente, nunca regresará a su tierra y morirá en México en 1986. Todo esto y mucho más lo cuenta Txema Arenzana en la biografía pubicada en 2012 bajo el título ‘De la guerra al exilio: Miguel José Garmendia Aldaz’, editada por Pamiela. Gracias a estudiosos como Arenzana, ya van siendo más los históricos militantes solidarios que salen de las tinieblas del olvido.
http://www.pamiela.com/

Reseña tomada de "Vascos-México": VER

Información sobre el Caso Wakoning en GARA: VER

MARÍN, Felipe

Único superviviente y testigo del fusilamiento masivo de San Gregorio en el tercio de Sanjurjo:

<<El día 27 de septiembre «los legionarios de Palafox prestaron juramento de fidelidad a España, ante todas las autoridades militares y civiles en la explanada de San Gregorio. Por la tarde desfilaron por las calles de la ciudad entrando por el puente de Piedra, calle San Jaime I, plaza de la Constitución, Independencia, Alfonso Iy plaza del Pilar. El desfile fue una gran manifestación de entusiasmo.»

-Sí, estuvimos en San Gregorio,- explica Felipe Marín a INTERVIÚ – un mes como soldados legionarios. El día uno de octubre la Bandera Palafox, fue a Almudévar. Nos dijeron (rumores de los soldados) que íbamos a tomar Leciñena. Dormimos en una granja que llamaban “del gobierno”. A la mañana siguiente, sin atacar, nos subieron, otra vez a los camiones y regresamos a San Gregorio. El día 2 de octubre comenzaban los fusilamientos.

Felipe Marín no sabe qué ocurrió aquel día. Las versiones son variadas. Unos apuntan a qu hubo un intento de deserción por una gran mayoría de los que formaban la Bandera; otra versión es que este intento de pasarse a los republicanos fue detectado por los servicios secretos gracias a un chivatazo del corneta.

-A las nueve de la mañana de ese día 2 – sigue explicando Felipe Marín- nos dijeron: «A formar sin armas». Pasamos a unas naves de la Academia, acuartelados, y alrededor de las 12 del mediodía entró un legionario de los que habían venido de Africa. Con un cuchillo y una bandera de la Falange, en la puerta, dijo:«Venga, veinte tíos fuera». Claro, veías aquello… ¿quién iba a salir? El africano pinchó a varios compañeros hasta que consiguió sacar a veinte. Fuera había otro legionario, de los de Africa, que te cortaba las hombreras de la camisa, que es dónde llevábamos la insignia de la Legión, te arrancaba las medallas y otros objetos. Desde allí nos llevaban a la parte posterior de la Academia, a unos 100 metros. Te ponían en fila y te mataban.


Me tocó el tercer grupo. En el segundo había muerto mi hermano. Cuando nos estaban colocando en fila le dije a Eustaquio García, amigo del pueblo: «Ven aquí que moriremos juntos». Nos pusimos juntos. Cuando venían las balas por el camino, así puedo contarlo, el que mandaba el pelotón era tan pequeño como yo y ya bajaba la mano para dar la señal entonces… eché a correr. Morían los diecinueve compañeros y poder escapar  fue cuestión de décimas de segundo. Durante más de dos kilómetros (la cuesta que hay en la Academia era toda rasa, sin un solo árbol, no pude esconderme. Me tirarían …. ¡que sé yo! Doscientos mil tiros; pero pasaban por todos los sitios menos por donde estaba mi cuerpo. Oía silbar las balas. No me cazaron. Bajé la vega del río Gallego y ya no me vieron. Era octubre. Los maíces habían crecido mucho. Me escondí entre ellos. Atravesé la vía férrea que va desde Zaragoza a Huesca y, segundos después, se detiene una máquina de tren abarrotada de falangistas. Al parecer habían hablado desde la Academia con la estación y salió un pelotón a buscarme. Vi como se dispersaban por la vía (estaba escondido entre los maíces) y oí: «Tiene que pasar por aquí» pero ya había pasado. 

Me metí en un cauce de agua que riega la vega del Gallego. Las laderas eran tan altas que no podía subir. Agua abajo pude llegar a una tajadera de regadío. Crucé el Gallego como pude. Los falangistas, al parecer, sabían que tenía que cruzar la carretera de Perdiguera. La había hecho, minutos antes, cuando se detuvo un camión, me vieron y dispararon. Era el atardecer y pude escabullirme entre los montes de Zuera. A la mañan siguiente iba por un barranco, a las 11 horas, y me echaron el alto. ¡Otra vez los falangistas! Me cogieron. En la declaración no sabía que decirles y les conté una historia tan mala que … con los ojos vendados me llevaron a Villamayor. Expliqué el mismo cuento a un señor que no veía. Les dijo a los falangistas: «Bah.. sacadlo por ahí..» Me llevaron hasta una peña que hay en el pueblo y .. «Ya has visto los que ha dicho el coronel. Si dices la verdad aún te puedes librar; de lo contrario … vas a morir». No vi otra escapatoria y conte la verdad. «Me he escapado del paredón».

Otra vez ante el coronel. Ya me habló de otra forma. Vió que iva descalzo y casi desnudo (me quité la ropa para cruzar el río Gallego) y dijo: « Al menos dadle unas alpargatas». Las del médico. No había otras. Inmediatamente me enviaron a la Academia.

Allí, en Capitanía, fui llevado en presencia del Capitán Arazur que era el de mi compañía. La Bandera había realizado un supuesto táctico, yo había sido el primero en subir y bajar una cota, me había dado cinco pesetas de premio después de felicitarme y de eso él me conocía. Cuando me vio, dijo: «Hombre, Marín, sabía que se había escapado uno, pero no que eras tú. No te preocupes que no te va a pasar nada». Estuve un mes en el calabozo de la Academia. Los fusilamientos duraron nueve días. Todas las mañanas escuchaba lo que dos días antes había evitado escapando. Exclamaciones, gritos cuando sacaban a los compañeros a fusilar: ¡Ay mi padre, mi madre! Sonaba la descarga. Siempre alrededor del mediodía.

La prensa jamás volvió a hablar de la 2ª Bandera de la Legión Sanjurjo, la de Palafox. Ni una referencia. Tan sólo el día 6 de octubre este suceso: «Los legionaros Gregorio Rada y José Cabrezos al subir a uno de los tranvías para incorporarse al campamento de San Gregorio, fueron invitados por un paisano para que desertara, pero lejos de atenderle lo detuvieron, presentándolo en la comisaría de Vigilancia. Felicitamos a los citados legionarios por su patriótico comportamiento».

Al día siguiente se convocaba una misa en la Basílica del Pilar «por el eterno descanso de las lamas de los jefes, oficiales y soldados legionarios en campaña».

Felipe Marín, único superviviente, junto con los cien legionarios que componían la sección de servicios que no fueron fusilados, recibió un mes después la visita del brigada legionario Zarza: «Marín, venga con nosotros». Ese día aún comí allí..con los que no habían sido fusilados. Por la tarde recibí instrucciones: «Mira Marín, tú ya no puedes ser nunca un buen legionario porque te han matado al hermano y tú has pasado muy malos días .. Hemos decidido, pasarte a la Falange». (Yo,  pensé, ¡otra vez con la Falange!, pero no había otro remedio). Entonces, el teniente López de Cariñena me entregó al teniente coronel Urrutia que mandaba en la Falange de Aragón. Se portó bastante bien. Le conté el caso y dijo quitándole importancia: «Nada, esto hay que olvidarlo. La guerra, es la guerra; y de ahora en adelante serás un buen falangista».

Me llevaron a Castillejos. Un mes después ya tenía destino: cubrir las bajas en la sierra de Alcubierre. Salimos dos camiones. Uno dio la voltereta en la plaza de Aragón. De los 22 que viajábamos, 18 resultamos heridos. En el hospital, tres días después, dos falangistas que ocupaban las camas de mi derecha e izquierda, comentaban el fusilamiento. Unos de ellos decía: «Se nos escapó un sujeto que era muy bajo. ¡No he visto tío que corriese más!. Le disparamos mil veces y no lo tocamos. Yo estaba callado, sin rechistar. ¡Quién les decía a aquellos dos que el fugado era yo ¡.

Repuesto de las heridas me enviaron definitivamente a la sierra de Alcubierre. Había una balsa de agua,  para lavarse, ente los dos frentes. La leyenda era que allí los “rojillos” cogían mucha gente, que tuviésemos cuidado. Pensé: ¡A ver si me cogen! Y así fue. Estuve trece meses con la Brigada de Miaja en Madrid. Los falangistas me cazaron nuevamente, en Peraleda (Badajoz). Me llevaron a Mérida y desde allí, al Picadero donde estábamos 5.000 hombres en un palmo de terreno. Fui trasladado a Pamplona. En la cárcel me encontré con mi otro hermano que estaba en cocina. Dos meses después, a mediados de 1937, el juez me dice que si no tengo dos avalistas del pueblo, con los informes del alcalde no saldré nunca del talego. Le digo: «Pero ¡hombre! Como no los voy a tener. ¿Usted cree que nos han matado por malos?.. pues no lo sé ni yo». Tuve avalistas, y a la víspera de San José me fui a casa. Tres mese más tarde, la Caja de Reclutas me llama y me envían a Bilbao para hacer la “mili”. ¡Depués de todo lo que había pasado!.>> [01]

Fuente: Hemeroteca de Interviú: VER

ORBAICETA AMATRIÁIN, Aniceto

«A pesar de ser menor le ponen en una disyuntiva: o al frente o le hacen lo que a su padre... a los cuatro días de su llegada al frente de Somosierra se pasa a los republicanos» [01]

«Informe sobre la llegada de evadidos navarros al campo vasco.

Tengo el honor de comunicar a usted que sobre las 20.30 horas del día de ayer se han presentado en nuestras posiciones de ANSIOMENDI, procedentes de la posición enemiga de Lata, los soldados del Batallón de Sicilia num. 8 de guarnición en Pamplona, 6ª compañía Aniceto Orbaeceta(sic), de 24 años, natural de San MArtín de Unx (Navarra) y Félix Murugarren, de 24 años, natural de Miranda de Arga (Navarra) ambos reclutados forzosos, quienes se pasan a nuestras filas con el completo de armamento y munición, manifestando que no querían luchar a lado de los facciosos y deseaban hacerlo a njuestro lado.

Con milicianos de este Batallón se envían dichos soldados a su presencia justamente con su armamento y munición.

Viva usted muchos años.

Día 10 de Enero 1937.

Sr Jefe de la 1ª Columna de Operaciones

Ochandiano» [02]

Aniceto daría con sus huestos en el Campo de Refugiados de Gurs, que pasa a ser Campo de concentración en 1940 en el colmo de las peripecias:

«En el fichero de internados en 1939 en el campo de refugiados de Gurs (Bearne) quedaron consignados los nombres de merindanos como Cristóbal Adrián Murugarren, de Villafranca; Luis Amador Fernández, Marcilla; Lorenzo Arcos Delrío, Larraga; Julio Ardanaz Arizcuren, Murillo; Conceso Ardanaz Díez; Artajona; Felipe Asín Pérez, Peralta; Higinio Balbás Pradejón, Olite/Erriberri; Claudio Blay Briza, Villafranca; Felipe Calvo Lauroba, Tafalla; Emilio Castillo Martínez, Peralta; Sebastián Chivite Fernández, Olite/Erriberri; Ignacio Eizaguirre Aramburu, Villafranca; Francisco Esandi Zuazo, Pitillas; Joaquín Escudero Sola, Tafalla; Constancia Esparza Barado, San Martín de Unx; Joaquín Esparza Lanas, Murillo; Teófilo Echabarren Mateo, Tafalla; Mariano Fernández Martínez, Tafalla; Cándido Fernández Orduña, Mélida; Jesús Garasa Adot, Pitillas; Jorge Girones Ferrándiz, Murillo; Andrés Ibáñez García, Villafranca; Serafín Indart Flamarique, Tafalla; Dionisio Lamas Crespo, Carcastillo; Antonio López Otazo, Tafalla; Primitivo Lorea Loyola, Tafalla; Cecilo Marquina Zalduendo, Tafalla; Nicolás Machín Ruiz, Olite/Erriberri; Máximo Martínez Osés, Tafalla; Irineo y Raimundo Múgica Induráin, Olite/Erriberri; Nicanor Napal Gabari, Murillo el Fruto; Aniceto Orbaiceta Amatiáin, San Martín de Unx; Vicente Ozcáriz Pernaut, Tafalla; Isidoro Salaberri Bustince, Uxue; Félix Sánchez Ojer, Tafalla; Marino y Víctor Santesteban Loidi, Murillo; Félix y Lucio Sembroiz Armendáriz, Olite/Erriberri; Heliodoro Tejada Martínez, Falces; Prudencio Toledo Gómez, Olite/Erriberri; Santiago Velasco Marcilla, Villafranca; Gerardo Vélez Simonena, Olite/Erriberri; Domingo Villa Isasi, Villafranca; Santiago Vilarroel Gorraiz, Artajona; Alejandro Zubiri Echeverría, Caparroso y otros que, perdón por la involuntaria omisión, no dejaron huella o todavía no se ha encontrado.» [03]

Hubo un momento con unos 100.000 republicanos refugiados en los que se produjo, hacia 1937, un debate encendido donde algunos políticos franceses impelían a una rápida solución más por el problema económico de los miles de refugiados que por la grave situación política de estos miles de personas que no tenían un sencillo retorno sin feroces represalias en la zona del alzamiento y el Pirineo blindado por la guerra.

Aniceto aparentemente sobrevive y vuelve a San Martín. Falta información de su periplo a partir de ingresar en Gurs.

Información adicional:

«Juan Jesús Virto, en “Organización y censo de refugiados navarros en Francia”, ofrece en base a esa fuente, una relación de los navarros refugiados, que alcanzaban los 500 en 1946, en la que figuran 17 refugiados en Alduides, 5 en Urepel y 13 en Banka. Pero al igual que con los listados de los campos,  tampoco este censo es un elemento definitivo, pues no todos los exilados se quedaron hasta 1946 o fueron recogidos en el censo. Se calcula que 69 vecinos de Isaba cruzaron la muga en 1936, pero tan sólo aparece uno en el censo de 1946.» [04]

Aquí un listado de republicanos del estado español muertos en Gurs. No presenta una gran mortandad en este primer periodo que en la etapa de Campo de Concentración  sí se cobraría cientos de víctimas, sobre todo judías (despues de 1940)

Apellidos y Nombre Fecha de defunción: 

ALBUIN GONZALEZ Dorotea 13.06.39 

ARANAWIWAZ  Benancio 09.02.40 

BANCELS  José 12.05.39 

BREROVOSKY  Juan 09.06.39 

DURA CAMPOS  José 08.09.39 

DURO GOMEZ Antonio 11.05.39 

ECHARRY CULUAGO Jésus 09.07.39 

GOMEZ SANTAMARIA Federico 07.03.40 

GRANDO CHACO Miguel 08.06.39 

GYERTYAC  José 09.07.39

HUSTI  Esau 19.05.39 

JUNG José 17.06.39 

LOPEZ DOMINGUEZ  Rafael 30.12.39 

LUNA FERNANDEZ  Gregorio 27.10.40 

MARTINEZ MORCIDA José 23.11.39 

OLOVAR LOPEZ Eduardo 07.06.39 

PEREZ CATIVIELLA  Francisco 11.05.39 

PEREZ PEREZ  Julio (Julien) 30.12.39 

 

VILLARAY SUAREZ  Florencio 19.12.39

Fuentes:

[01] «El nudo corredizo: Euskal Herria bajo el primer franquismo» Escrito por Javier Sánchez Erauskin
http://www.txalaparta.com/libro/3521/el-nudo-corredizo/

[02] Navarros contra el Alzamiento. Memorial documental (1936-1939) Francisco Manuel Vargas Alonso. Revista Gerónimo de Uztariz num 10. 1994.

[03] Breve reseña del exilio de la merindad de Olite: Blog "Txokomaiteabi": VER

[04] http://www.losfugadosdeezkaba1938.com/la-hostilidad-a-los-refugiados-en-francia/

Campo de concentración de Gurs: http://es.wikipedia.org/wiki/Campo_de_Gurs

Abundante información en el libro de Josu Chueca «Gurs el campo vasco» VER

MONTORO SAGASTI, Carmen

RECTIFICACIÓN:

Una sobrina de Carmen Montoro Sagasti, informa a través de la Editorial Pamiela que dicha ciudadana de Pamplona murió a los 93 años, al cuidado de su sobrina Gloria, que vive en Santander. Al parecer, la confusión se arrastra desde el libro de Altaffaylla, pero la información de su sobrina no alberga duda. Confirmó entre otras cosas que Carmen no había sido del PC, aunque había sí tuvo encondido en su casa a un médico de Pamplona que era del PC.

En casos de este tipo habrá que estudiar un espacio de "fe de erratas" o algo similar para el Muro de los Nombres y otros posibles soportes de homenaje donde ya esté recogida desde hace años. 

«33 años. PC. Fusilada en Pamplona. Esposa de Miguel Tuero. Hermana del erudito y dibujante Joaquín Montoro Sagasti, el "abogado de los gitanos" [01]

Carmen y su marido, al parecer, pertenecían al PC.

CITAS:
«Las Pocholas y Montoro

Las Pocholas no siempre estuvieron en el paseo de Sarasate (entrada también por Lindatxikia). Antes estuvieron en Casa Cuevas, encima de una taberna de taurinos y anarquistas (Galor Vierge en sus memorias). Desde ahí, una de ellas vio como se escapaba el dirigente del PC, Jesús Monzón. En 1938, D’Ors frecuentó mucho sus mesas y les dedicó un romancillo, antes de que las hermanas Guerendiain (Las Pocholas) abrieran El Hostal del Rey Noble, con frescos de Gaspar Montes Itúrrioz (al menos los que yo vi cuando se desmanteló el restaurante). La apertura fue en abril de 1938 y en mayo, al tiempo de la fuga del fuerte de San Cristóbal, el falagista y chivato Alcázar de Velasco, pidió sentarse a una de sus mesas para contar a los oficiales los pormenores de la fuga masiva. El texto, cuya parte final no tiene desperdicio, lo escribió Joaquín Montoro Sagasti, Montorico o el abogado de los gitanos, cuya hermana, militante del PC, había sido ya fusilada.» [02]

«Montoro, Montorico, a cuya hermana fusilaron. más por ser mujer que del PC, lo que equivalía a una doble ofensa (...) y haber andado (decía Quinito Elizalde) en mítines corraliceros, faltándole el respeto a los terratenientes» [03]

Fuente:
[01] Euskomedia: VER y listado en «Navarra 1936...»
[02] Blog MSO: VER
[03] «El Escarmiento» MSO, página 117.

Mariano Fructuoso Ansó Zunzarren

«(Pamplona, 1889 - Ibídem, 29 de agosto de 1981) fue un abogado y político republicano español. Fue el primer Alcalde de Pamplona tras la proclamación de la II República Española (1931) y Ministro de Justicia en el primer gobierno de Juan Negrín.

Mariano Ansó era miembro de la candidatura de la Conjunción Republicano-Socialista, por el Partido Republicano Autónomo Navarro, en las elecciones del 12 de abril de 1931 para el ayuntamiento de Pamplona. Ansó obtuvo acta de concejal, aunque el triunfo correspondió a la candidatura antirrevolucionaria, que incluía a carlistas jaimistas y monárquicos (que obtuvieron 17 concejales por 12 de la Conjunción). Sin embargo, las elecciones fueron impugnadas y repetidas en mayo. Esta vez, los republicano-socialistas obtuvieron la mayoría de concejales (los nacionalistas vascos no concurrieron), y Mariano Ansó fue elegido alcalde de Pamplona. Antes, el 13 de mayo, había sido nombrado por la comisión gestora de la Diputación miembro de la ponencia creada para la elaboración de dos proyectos de Estatuto de Autonomía, el vasco-navarro y el exclusivamente navarro. Candidato asimismo en las elecciones a Cortes Constituyentes de ese año, consiguió un escaño en las Cortes, renunciando a la alcaldía en favor del también republicano Nicasio Garbayo.

En las Cortes formó parte de la minoría parlamentaria de Acción Republicana, el partido de Manuel Azaña, del que fue colaborador y amigo, desde donde defendió el Estatuto de Autonomía vasco-navarro elaborado por la gestora, oponiéndose al proyecto de estatuto conocido como Estatuto de Estella, pactado entre tradicionalistas y nacionalistas vascos, porque pretendía "convertir a Vasconia y a Navarra en un coto cerrado de la reacción, donde sea imposible la convivencia de las ideas liberales". No renovó su acta de diputado en las elecciones de 1933, que constituyeron un gran descalabro para las fuerzas de izquierda y para los republicanos de Azaña en particular. En febrero de 1936 fue elegido diputado en Cortes por Guipúzcoa, dentro de la candidatura del Frente Popular.

Representante de Izquierda Republicana en las comisiones de actas y de Guerra, tras el estallido de la Guerra Civil viajó desde Madrid a San Sebastián a través de Francia para poner a salvo a su familia, que se encontraba en Zarauz, y llevarla a San Juan de Luz. Tras la caída de Guipúzcoa en manos de las tropas de Mola, volvió a Madrid, donde recibió en encargo de su amigo Azaña de trasladar diversa documentación, entre la que se hallaban sus memorias, a Ginebra, en donde el cuñado de Azaña, Cipriano Rivas Cherif, era cónsul general.

Al constituirse el primer gobierno de Negrín, en mayo de 1937, Mariano Ansó fue nombrado subsecretario de Justicia, a las órdenes de Manuel de Irujo. En este puesto tuvo que enfrentarse a sucesos delicados como la ilegalización del POUM o la desaparición de Andrés Nin. Tras la dimisión de Irujo, Ansó fue nombrado ministro de Justicia en diciembre de ese año, cargo que ocupó hasta la crisis ministerial de abril de 1938.

Al final de la guerra civil pasó a Francia donde se refugió, y se tuvo que enfrentar a las difíciles circunstancias del régimen de Vichy, siendo encarcelado varias veces. A pesar de ello, pudo pasar a Suiza y tras el fin de la Guerra Mundial, a Londres, donde reanudó su colaboración con Negrín. En julio de 1945 se estableció en Biarritz, donde siguió colaborando con el Gobierno de la República en el exilio. En 1957, al año siguiente de la muerte de Negrín, tomó parte en la entrega de la documentación que conservaba el ex presidente del Consejo sobre el episodio del «oro de Moscú» a las autoridades franquistas. Debido a ello, pudo regresar a España y volver a salir de ella, ya no como exiliado sino como residente en el extranjero. Tras ello abandonó prácticamente sus actividades políticas.

En 1977 publicó sus memorias, «Yo fui ministro de Negrín», obra que resultó finalista del premio Espejo de España.»

 

Fuentes:

Wikipedia: VER

Euskomedia.org/Auñamendi (Foto): VER

GÓMEZ URRUTIA, Aurora

Pamplona 1914-1975. Dirigente republicana. Esposa de Jesús Monzón.

El primer matrimonio por lo civil en Pamplona fue el suyo con Jesús Monzón.

Aurora perteneció al entorno de Izquierda Republicana, y tuvo un hijo con Jesús Monzón, Sergio.

Puedes ver la biografía de su marido Jesús Monzón: AQUÍ

Cuando se produjo la sublevación militar que en Pamplona estaba prevista para el 19 de julio, un amigo carlista, Francisco Lizarza (hermano del conspirador Antonio de Lizarza), cobijó a Monzón en su casa del Segundo Ensanche, lo que le evitó convertirse en una de las víctimas de la represión por parte de los sublevados en Navarra.

Lizarza consiguió pasarlo a Francia por medio de un intercambio con unos empresarios navarros que estaban en Guipúzcoa. Pasó la frontera disfrazado de fraile capuchino.

Aurora enfermó de peritonitis en Francia. Jesús Monzón decidió enviar a su hijo Sergio a la URSS con los niños de la guerra. Durante el viaje murió por un brote de escarlatina. La tragedia terminó con el matrimonio, que ya estaba deteriorado.

Aurora se exilió a México.

Jesús Monzón formó pareja con Carmen de Pedro y permanecieron un tiempo en Francia organizando resistencia contra Hitler y más adelante sería detenido en Barcelona de modo fortuito.

Aurora Gómez Urrutia trabajaba en México como ejecutiva para una multinacional petrolera. Se había casado con Juan Bayo. Al poco tiempo el matrimonio se rompió.

Jesús Monzón comenzó a cartearse con Aurora retomando su relación.

El 29 de enero de 1959 Monzón salió de prisión después de 13 años. No tenía trabajo ni posibilidades de encontrarlo en España. El 13 de marzo de 1959 Jesús Monzón se casó con Aurora Gómez Urrutia por poderes y se trasladó a México donde se reencontró con Aurora. Jesús encontró trabajo en el Banco Nacional de Fomento Cooperativo, que era una de las principales firmas comerciales de México.

En 1967 en Ciudad de México el Opus Dei inauguró el Instituto Panamericano de Alta Dirección Empresarial (IPADE), y contrató a Monzón como profesor de mercadotecnia.

A Aurora le diagnosticaron esclerosis múltiple y decidieron regresar a España, primero una etapa en Baleares y luego en Pamplona.

Pamplona

Aquejado Jesús de un cáncer regresó a Pamplona y después de 2 meses falleció el 24 de octubre de 1973. Monzón tuvo un funeral no religioso y murió algo antes que Aurora.

CLAVER LAVAYRO, Pilar

«Comunista, nació en Isaba (Navarra) el año 1918. Exiliada en Francia, provocó la primera manifestación antialemana en Angulema a inicios de 1942 cantando La Marsellesa. Con los catalanes del PSUC Robert Casas y Salvador Guasch fundó Solidaridad Española en el Charente. Su casa fue base y escondite de guerrilleros. Colaboró con una red de evasión. Después de la Liberación perteneció en París a Unión de Mujeres Antifascistas Españolas (AMAE) y a la Asociación Iberia Cultura de defensa de los derechos cívicos y sociales de los emigrados españoles. Murió en París el año 2000.

[REF: RODRÍGUEZ, Mikel, 2001, 33; SÁNCHEZ, Ferrán, 2001, 271.]» [01]

Fuentes:

[01] Memorial Mujeres Antifascistas: VER

HUICI NAVAZ, Matilde

«MATILDE Huici Navaz nació en Pamplona en 1890. Fue "una luchadora feminista que defendió el voto de la mujer, y formó parte de los gobiernos de la República, como directora general del Ministerio de Gobernación. Además, jugó un papel decisivo en la modernización del Tribunal de Menores y fue la única mujer que formó parte de la comisión redactora de la Constitución de la República de 1931» [01]

 

"Socialista, nació en Pamplona en 1890. Estudió Magisterio y Derecho y su paso por la Residencia de Señoritas de Madrid le permitió ponerse en contacto con círculos políticos e intelectuales y con destacadas abogadas, como Clara Campoamor o Victoria Kent. Posteriormente, completó su formación en Estados Unidos, donde se especializó en materias relacionadas con los menores marginados. Junto a su marido, Luis San Martín Adeva, trabajó para mejorar la situación de los niños desvalidos y marginados desde el Tribunal Tutelar de Menores y a través de iniciativas privadas, como la Asociación Auxiliar del Niño. En 1928 participó en la formación de la fallida Agrupación Liberal Socialista, en la que, junto a Clara Campoamor, fue la única mujer entre sus promotores. Tres años más tarde, en 1931, se afilia al PSOE y ocupa puestos de responsabilidad durante la II República. Así, es la única mujer que forma parte de la comisión jurídica asesora del anteproyecto de la Constitución de 1931. Huici propuso en 1933 que las candidaturas de su partido en las elecciones de ese año incluyeran, “por lo menos”, un tercio de mujeres. Su petición no fue tenida en cuenta, pero su compromiso militante le llevó a participar en numerosos mítines organizados por el PSOE. A mediados de 1933 formó parte del Comité Nacional de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo, presidido por Dolores Ibárruri. Por otra parte, dada su acreditada capacidad y experiencia en cuestiones sociales y humanitarias, fue nombrada delegada de España en la comisión Consultiva de Cuestiones Sociales y Humanitarias de la Sociedad de Naciones –institución precedente de la ONU- en los periodos comprendidos entre 1935-1936 y 1937-38. Matilde Huici estuvo comprometida con el Gobierno de la II República hasta el final de la Guerra Civil, periodo durante el cual formó parte de la Asociación de Mujeres Antifascistas. Tras la Guerra Civil, Matilde Huici se exilió a Chile, donde se dedicó, fundamentalmente, a la formación de educadores. Una veintena de guarderías de este país latinoamericano llevan el nombre de esta intelectual pamplonesa, que goza allí de un reconocido prestigio debido a las aportaciones que hizo en este campo. Falleció en 1965. RODRIGO, Antonina, 2005, 260; ZAMBRANA, Patricia, 2009; http://www.unavarra.es" [02]

Recogemos un artículo de homenaje y memoria, por Paz Montalbán:

Matilde Huici: el exilio ineludible, una fructífera condena

«En esta ocasión despedimos el curso 2012-2013 con una mujer comprometida con el tiempo que le tocó vivir y que dejó huella, principalmente, en la otra orilla del océano Atlántico. Es un testimonio ejemplar y conmovedor por su inteligencia, su vitalidad, su talla humana y ética, su capacidad organizativa y activa en pro de los menores y sus propuestas pedagógicas innovadoras.

Gracias al trabajo de Mª Nieves San Martín Montilla, periodista y pedagoga, se ha recuperado la memoria de su labor en España y en su país adoptivo, Chile. El libro titulado “Matilde Huici Navaz. La tercera mujer” (2009) de la editorial Narcea, documenta de forma muy prolija su trayectoria vital y profesional. A lo largo de sus páginas descubrimos la figura de esta mujer nacida en Pamplona en el año 1890 y fallecida en 1965 en Santiago de Chile, lejos de su tierra natal.

Mucho se ha hablado de las abogadas Clara Campoamor o Victoria Kent, colegas de profesión de Matilde Huici, sin embargo, su nombre en nuestro país ha quedado sumido en el más absoluto olvido, a pesar de que compartió varios espacios y varias luchas con ellas.

Uno de ellos fue el Lyceum Club Femenino, del que fue socia y vicepresidenta. Ella, junto con Victoria Kent, fue la encargada de defender el Lyceum de los rabiosos ataques sufridos por el patriarcado, tal y como explicamos en el post “Ni tontas ni locas“. También organizó, con Clara Campoamor, varias comisiones para estudiar las reformas exigibles de los códigos Civil y Penal, así como redactar los nuevos textos propuestos.

Conocer su trayectoria profesional, política, feminista o educativa, me empuja de manera irrefrenable a querer enumerar todas las iniciativas que tuvo o a plasmar su participación en distintas asociaciones e instituciones nacionales e internacionales. Pero sé que este no es el espacio ni el momento. Me extendería demasiado.

Yo destacaría su excelente formación en el seno de la Institución Libre de Enseñanza, donde trabajó, o la inestimable influencia de María de Maeztu o del catedrático de Derecho Penal Luis Jiménez de Asúa. Además residió en la Residencia de Señoritas como lo hizo también Victoria Kent. Su currículum es brillante: fue maestra, abogada y pedagoga.

Desempeñó una labor inestimable como abogada del Tribunal de Menores, donde pudo comprobar los estragos que provocaban una infancia desgraciada, aplicando nuevas ideas del entorno krausista. Fue la impulsora de la creación de la Asociación Auxiliar del Niño, una propuesta novedosa y preventiva enfocada a los niños de familias modestas que pasaban mucho tiempo en la calle, mientras sus padres y madres trabajaban, hecho que era un caldo de cultivo para la delincuencia.

Sin duda, estas experiencias que finalizaron drásticamente con la Guerra Civil, influenciaron a Matilde de forma muy honda. Tal y como afirma Mª Nieves San Martín Montilla, esta mujer que dedicó tanto ahínco en su formación, intuyó que estaba viviendo la agonía de un siglo y se empeñó, a partir de entonces, en dar un giro en su vida y construir un mundo nuevo, un futuro más prometedor en América, pero a partir de la infancia.

Así, una vez asentada en Chile, su verdadera patria, llegó a ser directora de la Escuela de Educadoras de Párvulos, donde pudo transmitir todo el bagaje cultural e intelectual que fue acumulando en sus años de formación e investigación en España y en otros países. Dejó huella formando a generaciones de educadoras de niños y niñas de 0 a 6 años. Sus principios pedagógicos tuvieron el reconocimiento que se merecían.

Su testimonio es de gran importancia, porque es un ejemplo de mujer que se forjó con una fe infinita en la educación, como herramienta indispensable para construirse como una persona integral e igual en dignidad y derechos con el hombre. Su ímpetu le permitió viajar, investigar, educar, ocupar cargos en el gobierno, impulsar la creación de instituciones, participar en distintas agrupaciones culturales o académicas…

Faltan palabras para plasmar toda su trayectoria y sobran tantos silencios… Este post quiere ser un grito ensordecedor, explicando al mundo quién fue Matilde Huici. Otra mujer olvidada y doblemente condenada: por su ideología y por ser una mujer que brilló con luz propia.

Su exilio fue un imperativo a causa de su significación en el gobierno de la Segunda República. No obstante, esta condena, marcó una etapa de su vida muy fructífera y que dejó una huella indeleble. Prueba de ello, es la gran cantidad de centros de educación infantil que llevan su nombre en Chile. Ahí, no la olvidan.» [03]

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Nota sobre la foto superior: Desde la izda.: Concha Peña, Clara Campoamor y Matilde Huici, abogadas de la Unión Internacional del Colegio de Abogados de Madrid. FOTOGRAFÍA EXTRAÍDA DEL LIBRO, CONSERVADA EN EL ARCHIVO GENERAL DE LA ADMINISTRACIÓN

FUENTES:

[01] Reseña del libro «Matilde Huici Navaz. La tercera mujer» (editorial Narcea, 2010): VER

[02] Memorial de mujeres antifascistas (Aparece erróneamente recogida como NAVAS, cuando es NAVAZ): VER

[03] Artículo en el Lyceum Club Femenino: VER

[04] Biografía de Matilde Huici por Javier Marcotegui, UPNA. Reseña en Diario de Noticias: VER