Mujeres asesinadas

SANZ LAVIDE, Jesusa

Natural de Cirauqui, vecina de Barcelona y muerta en los bombardeos sobre la capital de Catalunya.

Dades personals

  • Renom o motiu: -
  • Data de naixement: 1879
  • Sexe: Dona
  • Condició: Civil
  • Estat civil: Casat/ada
  • Nom del pare: Ruperto
  • Nom de la mare: Telésfora

Lloc de naixement

  • Municipi: Cirauqui
  • Comarca / illa / parròquia: -
  • Província: Navarra
  • Estat: -
  • Nucli / entitat menor: Cirauqui
  • Comunitat / regió: Navarra

Últim veïnatge

  • Municipi: Barcelona
  • Comarca / illa / parròquia: Barcelonès
  • Província: Barcelona
  • Estat: -
  • Nucli / entitat menor: Barcelona
  • Comunitat / regió: Catalunya

Dades de la mort o desaparició

 

YERRO, Maria Luisa

Es una menor natural de Lerín muerta en circustancias dramáticas en 1946. El juez que investigó se encargó de cerrar el caso dado que los implicados apuntaban a gentes cercanas al régimen Franquista.


«No ha terminado, a pesar de que han pasado 75 años, los trabajos de recuperación. Hace poco hemos conocido la violación y muerte de una niña, María Luisa Yerro, que aún no había cumplido los 14 años. Fue en 1946 en Lerín. De familia republicana, un juez llamado Agustín Erviti investigó su caso para cerrarlo. Los implicados estaban demasiado cercanos al régimen franquista.» [01]


Fuente: 

 [01]«75 años de la barbarie franquista. Historias de la masacre del 36». Egaña VER

NIÑA SIN IDENTIFICAR, Exhumada en Falces

Aparece en las eshumaciones de Falces el cadaver de una niña de unos 5 años, junto al de una mujer. Ambas sin identificar, en las exhumaciones de Funes con presencia de José María Jimeno Jurío y Josefina Campo. [01]

Fuentes:

[01] «Octubre 1936. Son asesinados las últimas personas de Peralta» Josefina Campos Orduña:VER

MUJER SIN IDENTIFICAR exhumada en Falces

Aparece en las exhumacionde de Falces el cadaver de una mujer, junto al de una niña de unos 5 años. Ambas sin identificar en las exhumaciones de Funes con presencia de José María Jimeno Jurío y Josefina Campo. [01]

Fuentes:

[01] «Octubre 1936. Son asesinados las últimas personas de Peralta» Josefina Campos Orduña: VER

PARDO RUIZ, Pilar

 

  • Natiral de: Funes
  • Nacida el: 6-7-1887
  • Edad: 49
  • Estado civil: Casada
  • Esposo: Bruno Martínez
  • Hijos: 9
  • Profesión: En casa
  • Asesinada en; Falces
  • Asesinada el: 29-8-36
  • Afliada: UGT

 

Más Información:

Aparecen referencias en un texto de Josefina Campo respecto a exhumaciones en Falces, con José María Jimeno Jurío. Atentos a los detalles de extrema crueldad de los matarifes:

«Por el escrito del corresponsal de Diario de Navarra sabíamos que fue en agosto y no en octubre cuando se la llevaron a la cárcel. Puesto que estaban enterrados en orden de los días que les habían ido matando, era fácil saber de dónde eran unas u otras tumbas, pero yo tenía preocupación por los restos de Encarnación, ya que de Funes había también dos mujeres, de agosto. Confiamos que efectivamente estaban en orden de enterramiento y que los de Peralta eran los últimos.

Íbamos a ir por la tarde todos los pueblos; por la mañana me llamó José María Jimeno Jurío y me dijo:

«Josefina, ¿vas a ir esta tarde a Falces? Pues estate bien atenta a ver cómo sale Encarnación (por Encarnación Resano), ya que el pastor que la encontró, que aún vive, me ha comentado que de caja nada, que el enterrador que entonces estaba era un canalla hasta el punto de enganchar al caballo los cadáveres si éstos estaban más lejos del cementerio y los llevaba arrastrando por el campo como si fueran rastrillos.

A la señora de Peralta que el pastor atendió, además de no ponerle caja, la metió entre dos de Peralta, uno lo puso cara arriba, después la metió a ella y luego puso el tercero encima de ella bocabajo mofándose de ella con que "no le faltaría sexo hasta la eternidad"».

Así pues estuvimos alerta para comprobar ésto, lo sabíamos algunos, Juanjo Orduña, Luis Villafranca, mi madre y yo, por lo que vigilábamos las cinco tumbas que había de Peralta para ver si efectivamente el informe era verídico.

En la primera que se abrió estábamos al lado izquierdo de la tumba. El enterrador del 78 en Falces, Fermín Jericó, Valen Asín, nieta de León, y un primo carnal.

Comenzó a salir la tierra, con paja requemada, y el enterrador preguntó: «¿No le dieron de arder a uno de Peralta?». Persuadidos de que era él, comprobamos que efectivamente le habían dado de arder. Luego era cierto lo que me contara mi padre sobre el particular.

Ningún otro resto salió con paja requemada.

A la derecha de la tumba de León Asín se sacaron los restos de Luis Lorente Fernández y de Vicente Moreno Campo.

Estábamos ya terminando de recoger los restos de León y dos tumbas más a la derecha de ésta, habían sacado ya los restos de una persona. Estaba boca abajo, le reconocieron las personas mayores y aseguraron era Pedro Urroz Corro, Moscas.

Javier Lorea, que estaba en la tumba donde ya se había reconocido a Pedro Urroz, levantó otra cabeza en la mano. El mudo comenzó a llorar: «Mama, mamá, mamá...». con él lloramos todos. Nunca lo hemos olvidado.

Al ser un lugar de secano, ya que el cementerio está en el monte, los restos se guardaron más completos que en otros lugares. Encarnación tenía un pelo muy negro y largo recogido en un moño. Sus restos conservaban gran mata del pelo negro y largo.

Gloria Villafranca dijo: «Saldrán las horquillas que llevaba sujetando el moño». Pedro Jesús Pérez Resano, hijo de Beatriz Resano, la sobrina que recogió al mudo en su casa comentó: «No saldrán porque cuando a la mañana siguiente fue mi madre a llevarle el desayuno como todas mañanas, el que estaba en la cárcel de guardián le dijo a mi madre que se la habían llevado por la noche y le entregó un paquetico. Cuando vino a casa mi madre lo abrió y eran las horquillas y las peinetas recogidas en un papel, por dentro estaba escrito con lapicero y decía así: "Adiós hijas mías, ya no nos veremos más, me voy al cielo, donde seré feliz"».

Además del pelo había trozos del delantal, de la falda, las medias casi completas.

Debajo de ella salieron los restos de Juan Ricarte Zoco. Era pequeño de estatura y así eran los restos.

Luego la versión dada por el pastor a Jumeno Jurío era totalmente cierta.

Seguidamente salieron otras dos tumbas con los restos de Pedro Castillo Caballero y Agustín Rodríguez Irisarri, en una, y en la otra Estanislao Irigaray Amatriain y Gregorio Soto Pérez.

Al lado de las nuestras estaba otra, con tres de Olite, entre ellos quien fuera teniente alcalde antes del Alzamiento, Juan García Lacalle. Los de Olite comenzaron a inquietarse, pues estaban saliendo los restos, pero no aparecían las cabezas.

Se sabía que a Juan García Lacalle le había pasado el camión por encima de la cabeza una y otra vez, hasta deshacerla, y parecía lógico pensar que las otras dos eran aquellas cabezas de que contaba mi padre habían jugado con ellas al fútbol en Falces, gente de su cuadrilla, miembros casi todos de la «cuadrilla de la muerte». Ningún otro salió sin cabeza en todo el cementerio.

Estábamos contemplando aquellos restos cuando aparecieron los restos del padre de Mariano Remón de Gallipienzo.

Allí salieron los de una mujer y una niña. Por sus botas que todavía se conservaban y el tamaño de la cabeza, calculamos que tendría entre 4 o 5 años. Su cráneo estaba roto por el tiro que le dieron, con un tiro en la nuca, seguramente con un mosquetón. ¿Qué había hecho aquella criaturita? Desgraciadamente, no supimos de dónde era.

Junto a la tumba de estas tres personas, se abrió otra en la que se encontraron los restos de los hermanos Ferrer de Gallipienzo, fusilados la misma noche que el padre de Mariano Remón, el día 18 de septiembre, con dos más. A todos ellos les asesinaron los matones del Chato Berbinzana, algunos de Peralta, entre estos hermanos Yeseros.

Las dos mujeres de Funes salieron más arriba, más cerca de la pared del cementerio, tenían la esperanza de reconocerlas, pues una llevaba un pañuelo blanco y efectivamente salió. Pilar Pardo tenía 9 hijos, Luciana Viguria no los tenía.

Ya habíamos recogido prácticamente a todos, seguíamos intentando recoger a Sebastián y Daniel para antes de hacer el funeral, pero como ya he expuesto fue imposible.» 

NOTA para la corrección: En listados de «Navarra 1936...» aparece como PRADO. En el relato de Josefina Campo aparece citada como PARDO, habría que averiguar cual es el apellido correcto).

Fuente:

[01] «Navarra 1936...»

[02] Octubre 1936. «Son asesinados las últimas personas de Peralta». Josefina Campos VER

VIGURIA URTASUN, Luciana

 

  • Natural de: Funes
  • Nacida el: 8-1-1899
  • Edad: 37
  • Estado Civil: Casada
  • Esposo: Daniel González
  • Profesión: Tendera
  • Asesinada en: Falces
  • Asesinada el: 29-8-36
    [01]
Más información:
No consta que tuviese hijos. 
Aparecen referencias en un texto de Josefina Campo respecto a exhumaciones en Falces, con José María Jimeno Jurío. Atentos a los detalles de extrema crueldad de los matarifes:

«Por el escrito del corresponsal de Diario de Navarra sabíamos que fue en agosto y no en octubre cuando se la llevaron a la cárcel. Puesto que estaban enterrados en orden de los días que les habían ido matando, era fácil saber de dónde eran unas u otras tumbas, pero yo tenía preocupación por los restos de Encarnación, ya que de Funes había también dos mujeres, de agosto. Confiamos que efectivamente estaban en orden de enterramiento y que los de Peralta eran los últimos.


Íbamos a ir por la tarde todos los pueblos; por la mañana me llamó José María Jimeno Jurío y me dijo:

«Josefina, ¿vas a ir esta tarde a Falces? Pues estate bien atenta a ver cómo sale Encarnación (por Encarnación Resano), ya que el pastor que la encontró, que aún vive, me ha comentado que de caja nada, que el enterrador que entonces estaba era un canalla hasta el punto de enganchar al caballo los cadáveres si éstos estaban más lejos del cementerio y los llevaba arrastrando por el campo como si fueran rastrillos.

A la señora de Peralta que el pastor atendió, además de no ponerle caja, la metió entre dos de Peralta, uno lo puso cara arriba, después la metió a ella y luego puso el tercero encima de ella bocabajo mofándose de ella con que "no le faltaría sexo hasta la eternidad"».

Así pues estuvimos alerta para comprobar ésto, lo sabíamos algunos, Juanjo Orduña, Luis Villafranca, mi madre y yo, por lo que vigilábamos las cinco tumbas que había de Peralta para ver si efectivamente el informe era verídico.

En la primera que se abrió estábamos al lado izquierdo de la tumba. El enterrador del 78 en Falces, Fermín Jericó, Valen Asín, nieta de León, y un primo carnal.

Comenzó a salir la tierra, con paja requemada, y el enterrador preguntó: «¿No le dieron de arder a uno de Peralta?». Persuadidos de que era él, comprobamos que efectivamente le habían dado de arder. Luego era cierto lo que me contara mi padre sobre el particular.

Ningún otro resto salió con paja requemada.

A la derecha de la tumba de León Asín se sacaron los restos de Luis Lorente Fernández y de Vicente Moreno Campo.

Estábamos ya terminando de recoger los restos de León y dos tumbas más a la derecha de ésta, habían sacado ya los restos de una persona. Estaba boca abajo, le reconocieron las personas mayores y aseguraron era Pedro Urroz Corro, Moscas.

Javier Lorea, que estaba en la tumba donde ya se había reconocido a Pedro Urroz, levantó otra cabeza en la mano. El mudo comenzó a llorar: «Mama, mamá, mamá...». con él lloramos todos. Nunca lo hemos olvidado.

al ser un lugar de secano, ya que el cementerio está en el monte, los restos se guardaron más completos que en otros lugares. Encarnación tenía un pelo muy negro y largo recogido en un moño. Sus restos conservaban granmata del pelo negro y largo.

Gloria Villafranca dijo: «Saldrán las horquillas que llevaba sujetando el moño». Pedro Jesús Pérez Resano, hijo de Beatriz Resano, la sobrina que recogió al mudo en su casa comentó: «No saldrán porque cuando a la mañana siguiente fue mi madre a llevarle el desayuno como todas mañanas, el que estaba en la cárcel de guardián le dijo a mi madre que se la habían llevado por la noche y le entregó un paquetico. Cuando vino a casa mi madre lo abrió y eran las horquillas y las peinetas recogidas en un papel, por dentro estaba escrito con lapicero y decía así: "Adiós hijas mías, ya no nos veremos más, me voy al cielo, donde seré feliz"».

Además del pelo había trozos del delantal, de la falda, las medias casi completas.

Debajo de ella salieron los restos de Juan Ricarte Zoco. Era pequeño de estatura y así eran los restos.

Luego la versión dada por el pastor a Jumeno Jurío era totalmente cierta.

Seguidamente salieron otras dos tumbas con los restos de Pedro Castillo Caballero y Agustín Rodríguez Irisarri, en una, y en la otra Estanislao Irigaray Amatriain y Gregorio Soto Pérez.

Al lado de las nuestras estaba otra, con tres de Olite, entre ellos quien fuera teniente alcalde antes del Alzamiento, Juan García Lacalle. Los de Olite comenzaron a inquietarse, pues estaban saliendo los restos, pero no aparecían las cabezas.

Se sabía que a Juan García Lacalle le había pasado el camión por encima de la cabeza una y otra vez, hasta deshacerla, y parecía lógico pensar que las otras dos eran aquellas cabezas de que contaba mi padre habían jugado con ellas al fútbol en Falces, gente de su cuadrilla, miembros casi todos de la «cuadrilla de la muerte». Ningún otro salió sin cabeza en todo el cementerio.

Estábamos contemplando aquellos restos cuando aparecieron los restos del padre de Mariano Remón de Gallipienzo.

Allí salieron los de una mujer y una niña. Por sus botas que todavía se conservaban y el tamaño de la cabeza, calculamos que tendría entre 4 o 5 años. Su cráneo estaba roto por el tiro que le dieron, con un tiro en la nuca, seguramente con un mosquetón. ¿Qué había hecho aquella criaturita? Desgraciadamente, no supimos de dónde era.

Junto a la tumba de estas tres personas, se abrió otra en la que se encontraron los restos de los hermanos Ferrer de Gallipienzo, fusilados la misma noche que el padre de Mariano Remón, el día 18 de septiembre, con dos más. A todos ellos les asesinaron los matones del Chato Berbinzana, algunos de Peralta, entre estos hermanos Yeseros.

Las dos mujeres de Funes salieron más arriba, más cerca de la pared del cementerio, tenían la esperanza de reconocerlas, pues una llevaba un pañuelo blanco y efectivamente salió. Pilar Pardo tenía 9 hijos, Luciana Viguria no los tenía.

Ya habíamos recogido prácticamente a todos, seguíamos intentando recoger a Sebastián y Daniel para antes de hacer el funeral, pero como ya he expuesto fue imposible.»

Junto a Luciana aparece en los listados [01] quien posiblemente fuera su hermano, VIGURIA URTASUN, Gregorio, natural de Funes, nacido en 26-5-1894, de 42 años de esdad y casado con Leocadia Aguado, con 6 hijos, Labrador y asesinado en Peralta en 1-8-36 (Según inscripción del juzgado, algo no del todo fiable).
 
Fuente:
[01] «Navarra 1936...»
[02] Octubre 1936. «Son asesinados las últimas personas de Peralta». Josefina Campos VER

 

ZUBIRIA CASTELLANO, Romana

 

  • Nacida en: Arguedas
  • Nacida el: 9-8-1883
  • Edad: 53
  • Estado Civil: Casada
  • Marido: Anastasio Pejenaute
  • Profesión: en casa
  • Asesinada en: Azagra
  • Asesinada el: 16-11-36
    [01]
Más información:

Nota para la investigación: hay un Zubiría Sanz, Miguel, registrado también en el bloque de Arguedas de «Navarra 1936...». Cabe algún parentesco. No constan hijos de Romana y Anastasio.

Fuentes: 
«Navarra 1936...»

 

GOÑI BIURRUN, Felisa

Natural de Belascoain, nacida el 21 de Febrero de 1896. Maestra. Fue fusilada junto al también maestro Julián Pérez Rodríguez. Ambos fusilados en algún paraje entre Tolosa y Berástegi tras su detención el 23 de octubre de 1936.

Su esposo Saturnino Garbisu Arbizu, de Vidaurreta también fue fusilado el 28 de octubre de 1936.

Sus dos hijos quedaron por tanto huérfanos de padre y madre.

 

Fuentes:

«El otoño de 1936 en Guipúzcoa: los fusilamientos de Hernani». Pag. 318. Mikel Aizpuru

SAGARDÍA GOÑI, Asunción

Asunción contaba con 1 año y 4 meses, nacida el 1935-2-26. Probablemente es la víctima más jóven de la Guerra Civil en Navarra. Fue con sus seis hermanos y su madre Juana Josepa arrojada a una sima. En total 8 personas asesinadas. 7 eran menores de edad. 3 eran mujeres.

Durante la Guerra civil española se produjo en Gaztelu (Donamaría, Alto Bidasoa o Malerreka) uno de los crímenes más espeluznantes de la violencia que se produjo contra personas inocentes de Navarra. Afectó a una familia, la que habían formado Pedro Antonio Sagardia y su esposa Juana Josefa Goñi que tenía ocho hijos, José Martín, Joaquín, Francisco Javier, Antonio, Pedro Julián, Martina, José María y Asunción.

Se desconocen los motivos por los que el padre de 46 años y el hijo mayor de 17 fueron al frente, pero hay testimonios de que fueron obligados. Se quedaron en casa la madre de 38 años con los otros siete hijos entre 16 y el año y cuatro meses de la benjamina. Al principio los vecinos ayudaron a la familia, pero en la medida en que la guerra hacía aumentar las necesidades, se les acusaba de realizar pequeños hurtos de los huertos. Fueron denunciados en el puesto de la Guardia Civil de Santesteban, pero allí se les dio a entender que lo solucionaran a su manera. Al día siguiente unos vecinos hicieron trasladarse a la madre con los niños a una chabola, donde desaparecieron sin dejar rastro. Al parecer fueron arrojados a una sima profunda. La chabola donde estuvieron fue quemada.

El general Sagardia, emparentado con la familia inició una investigación. Los bomberos no pudieron llegar al fondo de la sima y el rastreo de los soldados tampoco encontraron rastros. Fueron detenidos unos vecinos que fueron puestos en libertad provisional. Posteriormente el general Sagardia, aconsejado por sus superiores, interrumpió las investigaciones y el episodió fue olvidado convirtiéndose en tabú.

El padre regresó de la guerra y falleció poco después. El hermano mayor se fue del pueblo emigrando a la Baja Navarra.

Se da el caso que de las apenas medio centenar de mujeres navarra asesinadas en la Guerra Civil tres se encuentran en esta familia vilmente masacrada al arrojar a una sima a la madre y a sus siete hijos e hijas menores, José María y Asunción casi bebés.

Lista de miembros de la familia asesinados:

> GOÑI SAGARDÍA, Juana Josepa (38 años, madre de la familia).

> SAGARDIA GOÑI, Joaquín (16 años, nacido en 1920-6-28).

> SAGARDIA GOÑI, Francisco Javier (14 años, nacido el 1922-8-29).

> SAGARDIA GOÑI, Antonio (11 años, nacido el 1925-9-18).

> SAGARDIA GOÑI, Pedro Julián (9 años, nacido el 1927-3-31).

> SAGARDIA GOÑI, Martina (7 años, nacida en 1929-11-17).

> SAGARDIA GOÑI, José María (4 años. Nacido el 1932-5-30).

> SAGARDÍA GOÑI, Asunción (1 año y 4 meses, nacida el 1935-2-26. Probablemente es la víctima más jóven de la Guerra Civil en Navarra)

Más información:
Crónica del crímen y enlaces: VER

SAGARDÍA GOÑI, Martina

Asesinato múltiple de un gran grupo familiar. Martina es arrojada con su madre, Juana Josepa y sus seis hermanos arrojada a una sima. En total 8 personas asesinadas. 7 eran menores de edad. 3 eran mujeres.

Durante la Guerra civil española se produjo en Gaztelu (Donamaría, Alto Bidasoa o Malerreka) uno de los crímenes más espeluznantes de la violencia que se produjo contra personas inocentes de Navarra. Afectó a una familia, la que habían formado Pedro Antonio Sagardia y su esposa Juana Josefa Goñi que tenía ocho hijos, José Martín, Joaquín, Francisco Javier, Antonio, Pedro Julián, Martina, José María y Asunción.

Se desconocen los motivos por los que el padre de 46 años y el hijo mayor de 17 fueron al frente, pero hay testimonios de que fueron obligados. Se quedaron en casa la madre de 38 años con los otros siete hijos entre 16 y el año y cuatro meses de la benjamina. Al principio los vecinos ayudaron a la familia, pero en la medida en que la guerra hacía aumentar las necesidades, se les acusaba de realizar pequeños hurtos de los huertos. Fueron denunciados en el puesto de la Guardia Civil de Santesteban, pero allí se les dio a entender que lo solucionaran a su manera. Al día siguiente unos vecinos hicieron trasladarse a la madre con los niños a una chabola, donde desaparecieron sin dejar rastro. Al parecer fueron arrojados a una sima profunda. La chabola donde estuvieron fue quemada.

El general Sagardia, emparentado con la familia inició una investigación. Los bomberos no pudieron llegar al fondo de la sima y el rastreo de los soldados tampoco encontraron rastros. Fueron detenidos unos vecinos que fueron puestos en libertad provisional. Posteriormente el general Sagardia, aconsejado por sus superiores, interrumpió las investigaciones y el episodió fue olvidado convirtiéndose en tabú.

El padre regresó de la guerra y falleció poco después. El hermano mayor se fue del pueblo emigrando a la Baja Navarra.

Se da el caso que de las apenas medio centenar de mujeres navarra asesinadas en la Guerra Civil tres se encuentran en esta familia vilmente masacrada al arrojar a una sima a la madre y a sus siete hijos e hijas menores, José María y Asunción casi bebés.

Lista de miembros de la familia asesinados:

> GOÑI SAGARDÍA, Juana Josepa (38 años, madre de la familia).

> SAGARDIA GOÑI, Joaquín (16 años, nacido en 1920-6-28).

> SAGARDIA GOÑI, Francisco Javier (14 años, nacido el 1922-8-29).

> SAGARDIA GOÑI, Antonio (11 años, nacido el 1925-9-18).

> SAGARDIA GOÑI, Pedro Julián (9 años, nacido el 1927-3-31).

> SAGARDIA GOÑI, Martina (7 años, nacida en 1929-11-17).

> SAGARDIA GOÑI, José María (4 años. Nacido el 1932-5-30).

> SAGARDÍA GOÑI, Asunción (1 año y 4 meses, nacida el 1935-2-26. Probablemente es la víctima más jóven de la Guerra Civil en Navarra)

Más información:

Crónica del crímen y enlaces: VER