UNA IMPUNIDAD COMO LA DEL FRANQUISMO PARA TODOS Y TODOS PARA UNA
(Opinión, por Emilio Silva)
Estaba prevista la declaración, en el interior de la embajada de la República Argentina en Madrid, suelo argentino, de un grupo de víctimas de la dictadura que iban a prestar su testimonio por videoconferencia ante una jueza que desde Buenos Aires, aplicando el principio de justicia universal, investiga el franquismo. No era la primera vez que se toman en ese lugar declaraciones por videoconferencia; en el caso de los juicios que se celebran en Argentina contra los genocidas han declarado testigos del mismo modo.
Esta el la nota verbal con la que Exteriores advertía de que había que paralizar la toma de testimonios en la Embajada Argentina.
Pero la intervención del Ministerio de Asuntos Exteriores, que vela por nuestra seguridad y nuestro bienestar, se dirigió verbalmente a la embajada argentina para protestar por el supuesto incumplimiento de un acuerdo bilateral que obliga a solicitar permiso para llevar a cabo ese tipo de actuaciones. El truco era que ese acuerdo opera cuando las acciones judiciales se llevan a cabo de suelo a suelo, es decir de un país a otro. Pero en este caso, la jueza desde Buenos Aires iba a tomar el testimonio de ciudadanos que estaban en suelo argentino, el de la embajada. El embajador argentino y Exteriores fueron los que incumplieron el respeto de suelo, paralizando la primera oportunidad de las víctimas para declarar en un juicio en el que se trataba de dar justicia a quienes padecieron las graves violaciones de derechos humanos del franquismo.